A continuación les ofrecemos el Editorial correspondiente a ULTHAR nº8, número de la revista de fantasía, ciencia ficción y terror. La suscripción está abierta hasta el próximo 4 de marzo de 2019.
(Las imágenes que hemos utilizado para ilustrar este Editorial proceden de The Pulp.Net).
Imagen de un kiosco en Southington (Connecticut), 1942. Coloreada por "Colorizing History"; en el enlace se puede ver el proceso de investigación para el coloreado de la fotografía, y la imagen a gran resolución. |
***
Es un
privilegio, en esta línea temporal distópica que nos ha tocado vivir, tener a
los mejores lectores de nuestra parte. Son los mejores por varios motivos:
porque ULTHAR no es fácil (en el más amplio sentido), ni sigue los cauces
habituales (ni los de distribución, ni los de selección de contenidos, ni los
de promoción). No es sencillo tropezarse por casualidad con un ejemplar de
nuestra revista, salvo que uno visite las más selectas librerías del planeta
Tierra. Ni siquiera es fácil encontrársela en el escabroso universo paralelo de la Red de Redes, que a veces es caja de resonancia de nuestra realidad, y otras
el registro oficial de lo que existe y lo que no. El marasmo de publicaciones
relacionadas con nuestros intereses (la fantasía, la ciencia ficción y el
terror) es inabarcable, y llegar hasta ULTHAR supone, no cabe la menor duda, un
esfuerzo y es posible que también algún que otro golpe de suerte.
Además,
el hecho de que ULTHAR no se adhiera —sistemática y promocionalmente— a las
corrientes de moda actuales en nuestros negociados favoritos, la hace más
difícil de clasificar. Nuestros lectores ya saben que, como buenos
prestidigitadores (o como buenos tramposos), jugamos con más de una baraja:
combinamos la arqueología literaria, la recuperación de clásicos (algunos
célebres, y otros a las puertas de un inmerecido olvido), la erudición y las
referencias imposibles y rebuscadas junto con la exposición de autores
novísimos, temas de actualidad y cualquier postura, cómoda o incómoda, popular
o impopular. (Y Sherlock Holmes, claro, que también está en cada número). Lo
que algunos pueden calificar como “estética retro”, a nosotros nos parece que
es trabajo artesanal y muy autoconsciente —en absoluto arbitrario o casual—. Y
como no hay estética sin ética, revestimos cada número con ilustraciones
clásicas de los gigantes a cuyos hombros nos gustaría alzarnos… aunque la
verdad es que tan sólo los admiramos desde la seguridad del suelo firme, pues
fueron ellos quienes arriesgaron e inventaron ese kiosco multicolor y maravilloso que, hoy, ya no existe. O al menos, ya no existe tal y como fue en
el remoto pasado de nuestra perversa línea temporal.
Otra característica
de ULTHAR es que, en efecto, recordamos a aquellos “gigantes terribles” y los
celebramos siempre que tenemos ocasión. Ya hemos dicho que la imparable
proliferación de publicaciones resulta abrumadora: cualquier lector, veterano o
primerizo, tiene problemas para acercarse a un producto nuevo de entre la
miríada de libros y revistas en papel y (sobre todo) en digital. Esto tiene un
efecto secundario absolutamente terrorífico: la imposibilidad de que los nuevos
lectores, los lectores más o menos jóvenes que lleguen a la literatura de
imaginación, puedan siquiera plantearse la posibilidad de viajar atrás en el
tiempo (cosa que nosotros hacemos a diario) para explorar las grandes y
pequeñas obras, los grandes y pequeños nombres del siglo XX, del XIX, XVIII, y
aún antes… El futuro del siglo XXI tiende a convertirse en un universo único y
cerrado, “autosostenible”, que se inclina peligrosamente a prescindir de sus
raíces. Y claro: todos sabemos lo que sucede con los árboles y las raíces,
¿verdad?
Tampoco
nos llevamos a engaño: si bien nos gusta pensar que, de cuando en cuando,
algunos lectores de ULTHAR descubren en nuestras páginas a autores y obras, lo
cierto es que sabemos que estamos predicando a conversos, esto es, a herejes e
idólatras, connoisseurs y coleccionistas como nosotros mismos, y que la dificultad
consiste en ofrecer algo nuevo a los mejores, los más exigentes lectores.
Así: en ULTHAR no
nos da miedo el resultar, en ocasiones, esotéricamente referenciales, pues
tenemos fe ciega en los lectores (en su sabiduría y en su humildad, en su
capacidad crítica y su deseo de sorprenderse); y tampoco nos asusta el
mainstream contemporáneo, ni los códigos y convenciones que son las claves
literarias de nuestros géneros: por supuesto que seguimos publicando nuevas
historias de vampiros tradicionales, temerosos de la cruz y el ajo; o de
hombrecillos verdes que vienen a nuestro planeta con aviesas intenciones. Y por
supuesto que continuaremos utilizando esas pistolas lanzarrayos que sólo Asimov
sabía cómo diablos funcionaban.
No estamos excavando
para enterrar nada ni a nadie, sino para sacar a la luz máquinas de Anticitera,
fósiles de criaturas que jamás existieron, y piedras preciosas que reflejan, en
sus infinitas facetas, la luz de estrellas que ya estaban muertas antes de que
alguien contara la primera historia.
Y
lo demás son cuentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario